martes, 29 de mayo de 2012

¡Marchando... una de bacterias!



La insulina humana se produce por ingeniería genética

La biotecnología está presente en la vida cotidiana, y ofrece sus beneficios. La salud humana es uno de los aspectos que se ha visto favorecido a partir de los avances científicos logrados en las últimas décadas. En la actualidad, la vida de millones de diabéticos en el mundo depende de la insulina humana recombinante, una hormona fabricada mediante técnicas de ingeniería genética.

La diabetes, una epidemia mundial

El 14 de noviembre se celebra El Día Mundial de la Diabetes, la campaña de concienciación más importante del mundo en este tema. Ese día fue instaurado por la Federación Internacional de Diabetes y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991, como respuesta al inquietante aumento de casos de diabetes en el mundo. Desde 2006 el Día Mundial de la Diabetes es una fecha oficial de la Organización de Naciones Unidas.

Según datos de la OMS, la diabetes ya es una epidemia que afecta a 246 millones de personas en el mundo, y alcanzará a 380 millones en 2025. Aproximadamente un 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos o medios, y casi la mitad ocurren en pacientes de menos de 70 años, siendo el 55% mujeres.



 
La Sociedad Argentina de Diabetes especifica que, en la Argentina, habría 2,5 millones de personas con diabetes. La mitad no lo sabe, y del resto sólo el 30% se trata, muchas veces por no conocer sus derechos para acceder gratuitamente a la medicación, ya sea a través de prepagas, obras sociales u hospitales públicos.


Producción natural de la hormona insulina

La insulina es una hormona que se produce naturalmente en el organismo humano. Específicamente, se fabrica en el páncreas, en un grupo de células llamadas islotes de Langerhans. Con cada comida, el páncreas libera insulina a la sangre para ayudar a las células de todo el cuerpo a incorporar la glucosa (un azúcar) de los alimentos. Ya dentro de las células, la glucosa servirá de combustible que aportará energía para las actividades cotidianas.

Cuando la hormona insulina no se produce, o es escasa, o no puede actuar, la persona padece diabetes. Sin insulina, la glucosa no entra en las células y se acumula en la sangre. Por esto, en ocasiones se ha dado en llamar a la diabetes “la enfermedad dulce”. Entonces, las células del cuerpo no obtienen suficiente energía, y la acumulación de glucosa en la sangre puede causar diferentes complicaciones.



Aunque aún se desconocen las causas que originan la diabetes, se sugiere que los factores genéticos, los medioambientales, la obesidad y la falta de ejercicio, desempeñarían una función importante en el desarrollo de la enfermedad.

Insulina para tratar la diabetes

El tratamiento de la diabetes consiste en inyectar insulina externa, para lograr regular el nivel de glucosa en la sangre, además de mantener una dieta baja en carbohidratos y practicar actividad física. En 1921, los fisiólogos canadienses Frederick G. Banting y Charles H. Best extrajeron por primera vez insulina del tejido pancreático de perros, y en 1923 la insulina estaba comercialmente disponible en los Estados Unidos.

Luego, la insulina se obtuvo a partir de páncreas de cerdos o vacas. El uso de medicamentos extraídos de otros animales, como en el caso de la insulina, puede producir reacciones inmunes adversas en el cuerpo del paciente, si la sustancia que se inyecta no es exactamente igual a la insulina humana.

Otros inconvenientes de esta estrategia son los bajos rendimientos de producción y el riesgo de contaminación con toxinas o microbios. Es por eso que la industria farmacéutica ha optado por fabricar la insulina humana mediante técnicas de ingeniería genética.


Producción de Insulina humana en bacterias


La insulina es el primer caso de proteína producida por ingeniería genética aprobada para uso en humanos, desde 1982. La técnica de ingeniería genética empleada consiste en extraer de células humanas el gen que porta la información para fabricar insulina humana. Este gen (un fragmento del material genético) se introduce dentro de bacterias que son organismos fáciles de cultivar en el laboratorio.



Las bacterias que incorporaron el pequeño fragmento de ADN se denominan entonces "organismos genéticamente modificados" (OGM). Las bacterias que tienen el gen humano de la insulina se multiplican a un ritmo veloz y, a medida que lo hacen, producen grandes cantidades de insulina humana, entre otras sustancias. Entonces, la insulina humana se extrae de las bacterias, se purifica y se vende como medicamento. La sustancia obtenida por ingeniería genética, en este caso insulina humana, se denomina "insulina recombinante".

Seguridad de medicamentos biotecnológicos


En la Argentina, la autoridad regulatoria de la biotecnología aplicada a la salud es la Comisión Nacional de Biotecnología y Salud (CONBYSA), creada por Resolución Nº 413/93, del Director de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Esta Comisión tiene como misión asesorar al gobierno nacional en lo referido al desarrollo y la aplicación de la biotecnología en el campo de la salud. Estudia y recomienda las normas vigentes que rigen el desarrollo, elaboración y aprobación de productos biotecnológicos destinados a la salud y consumo humano. En la actualidad, varios laboratorios farmacéuticos producen insulina humana, tanto a partir de bacterias como de levaduras.

El producto final, la insulina biosintética, es idéntica en todos los aspectos a la insulina humana, por lo que no presenta ningún riesgo. Por el contrario, es un gran beneficio para la salud humana.

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